Conoce el síndrome de congestión pélvica y como afrontarlo

Históricamente se sabe que las mujeres tienen mayor longevidad que los hombres, anteriormente porque estos eran los que se enfrentaban a mayores peligros sociales en sus actividades. Hoy las estadísticas apuntan a lo mismo, los hombres viven menos tiempo.

Sin embargo, aunque las mujeres son más regias, no hay que pasar por alto que hay enfermedades que solo las atacan a ellas por lo delicado de sus órganos femeninos. Estos son más vulnerables y propensos a sufrir de lesiones, infecciones, inflamaciones, y entre otras cosas que se pueden agravar si no se toman las medidas necesarias a tiempo.

Cuando una enfermedad presenta una serie de sintomatología de manera simultánea, ya pasa a ser conocido como un síndrome. Dentro de los más comunes se encuentra los asociados con su órgano reproductor.

No se confunda

La mujer como ese ser delicado y frágil, sufre constantemente de riesgos en absolutamente todo, a nivel físico su cuerpo normalmente está lleno de hormonas que muchas veces la controlan, y sin contar las que ganan durante el embarazo o la menstruación.

Por esto la necesidad de estar pendiente de cualquier síntoma fuera de lo cotidiano, porque podría estar asociado a algún síndrome. El más común es el SPM (Síndrome Pre-menstrual), que es confundido por sus síntomas con otros tipos de padecimientos.

El síndrome de congestión pélvica es otro que se ha conocido en los últimos tiempos. Se refiere a una enfermedad que frecuenta en las mujeres entre un 15 a 20% de ellas, en su mayoría en edad reproductiva media (mayores de 30 años). Y comienza por una inflamación en las varices o venas del útero, he aquí la confusión con el SPM.

¿Qué síntomas presenta?

Los más frecuentes son muy similares a los dolores menstruales; inflamación en la zona de la pelvis, una presión bastante intensa que puede presentarse al mantenerse mucho tiempo de pie o sentada, y se relaja al acostarse.

Normalmente este dolor se da en mujeres que han dado a luz hace poco, ya que las venas de la pelvis se hinchan por el embarazo, pero se vuelve un dolor crónico cuando la sangre se imposibilita de fluir de manera normal y se va estancando en la vena, hasta lograr su completa obstrucción.

Otra manera de presentar síntomas es al terminar las relaciones íntimas, o incluso al principio del periodo. Cabe destacar que el uso de anticonceptivos orales puede incrementar la intensidad de los síntomas.

Los síntomas asociados a este síndrome que no son tan frecuentes en las pacientes son:

  • Secreción vaginal atípica
  • Malhumor asociado a la dolencia
  • Dolores rectales
  • Hemorroides o várices

Para evitar llegar a situaciones crónicas es importante el chequeo a través de una ecografía pélvica si es un dolor que lleva un mínimo 6 meses. Un especialista en ginecología puede evaluar la zona y con otros estudios un poco más profundos determinar si se trata del Síndrome de Congestión Pélvica.

Tratamiento para el SCP

En líneas generales el dolor se puede tratar con medicamentos antiinflamatorios, sin embargo cuando estos ya no causan ningún efecto sobre la paciente es imperativo buscar otra solución de mayor peso.

Un tratamiento quirúrgico puede ser la solución, la embolización endovascular, es una cirugía abierta que procede a interrumpir el flujo de sangre a algún área del organismo. En el caso de las venas varicosas dejan de recibir sangre.

El objetivo de este procedimiento es sellar los vasos sanguíneos ováricos que se encuentran defectuosos. Con esto se asegura que ya no habrá obstrucción porque no tendrá algún flujo.

Este tratamiento es considerado el más efectivo, ya que el dolor desaparece en poco tiempo. Además de casi no presentar complicaciones ni durante, ni después de la operación.

Como parte positiva de este procedimiento, es que el síndrome de cogestión pélvica se da en mujeres que en su mayoría ya han dado a luz por lo menos 1 hijo. Es decir, que no va a interrumpir el proceso reproductivo.

Por otra parte pudiera realizarse la histerectomía, aunque presenta mayores riesgos y la recuperación es más lenta. Pero se asegura que sin estos órganos no hay necesidad tampoco de las venas varicosas y pues se elimina totalmente el riesgo de padecer este síndrome.

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